26 julio 2007

Una estupidez colectiva

Bien hizo la UNESCO en distanciarse oficialmente de la payasada de elegir por “voto popular” las nuevas siete maravillas del mundo; sin criterios científicos, ni arqueológicos, ni históricos. Si los Premios Nóbel se otorgaran por voto popular, seguramente la autora de Harry Potter se llevaría el de literatura y el de medicina se lo darían a Ivo Pitanguy, el cirujano plástico.

El suizo que organizó la empresa comercial “Las 7 nuevas maravillas”, quiso involucrar a la UNESCO en ese desfile de modas, pero la organización especializada en la educación, la ciencia y la cultura se desmarcó claramente “frente al riesgo de que se produzca una confusión perjudicial”. No existe –subrayó el comunicado de la UNESCO- ningún punto de comparación entre la iniciativa mediática del señor Weber y la labor científica y educativa que resulta de la inscripción de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial”.

Es un despropósito total poner en la misma lista a Petra o la Muralla China, y obras menores como el Coliseo de Roma, Chichen Itzá, Machu Pichu o el Taj Mahal. Y no digamos el Cristo del Corcovado, en Río de Janeiro, que no le llega ni a la pezuña a ninguno de los Budas de ese tamaño que hay en Asia… El chauvinismo y la ignorancia, ciegan y confunden. El problema con esta elección, tan demagógica como inútil, es que el 99% de la gente vota por sitios que no conoce, apenas los ha visto en la televisión o en Internet.

Machu Pichu es un sitio majestuoso, con una vista panorámica formidable, pero no es ni la sombra del Cuzco. ¿Qué se está premiando, el valor arqueológico, la majestuosidad de una obra hecha por el hombre, o la imagen de una postal? Nadie niega el valor de Chichén Itzá, pero ¿cuales son los criterios que hacen de este sitio mejor que Palenque, Tikal o Copán? Incluir en la lista el Taj Mahal es ignorar las cuevas de Ajanta o de Ellora, los sitios de Hampi, Pattadakal, Mamallapuram, Khajuraho y otros lugares sublimes de la India. Esa elección es realmente de postal, un contrasentido total

La Muralla China sin duda merece estar en la lista, pero ¿y los ocho mil soldados terracota descubiertos en 1974, cuya antigüedad data de 250 años antes de Cristo? Petra, que es un sitio magnífico, parece haber entrado en la lista porque los consumidores de cine comercial vieron la fachada de El Tesoro en una película de Indiana Jones.

Quedaron fuera muchos sitios extraordinarios, entre ellos Angkor (Camboya). Es difícil imaginar la majestuosidad de cerca de mil templos dispersos en 50 kilómetros cuadrados, entre los que sobresale el majestuoso Angkor Wat. La capital de Tailandia, Bangkok, tiene templos esplendorosos que opacan al mamotreto del Corcovado.

En fin, por donde se mire, este es un fiasco cultural convertido en un éxito comercial. Este mundo es hermoso, y no necesita de estos concursos de belleza con implantes de silicona.