11 abril 2008

Romero de Torres

En Córdoba, además de la maravillosa mezquita y de las estrechas callejuelas donde uno quisiera perderse (sin lograrlo), está el Museo Julio Romero de Torres que reune gran parte de la obra de este singular pintor.

Probablemente los expertos en arte moderno dirán que Julio Romero de Torres fue un retratista clásico en un periodo -las tres primeras décadas del siglo XX- en que las artes plásticas sufrieron una revolución con los cubistas, surrealistas, fauvistas, expresionistas, modernistas y abstraccionistas... y después de haber pasado ya por el impresionismo y el simbolismo del siglo XIX.

La aparición de la fotografía vino a alterar el paisaje de la pintura realista y a partir de mediados del siglo XIX ya no se trataba de retratar la realidad sino de interpretarla. Incluso el hiperrealismo posterior a los años 1970s es una interpretación.

Pero todo esto que es cierto, no me impide apreciar la enorme sensualidad que respiran los cuadros de Romero de Torres. Esas mujeres cordobesas o sevillanas, por muy serias que aparezcan en sus cuadros, trascienden por su erotismo. Hay cuadros donde el toque erótico lo da el título de la obra, por ejemplo "Naranjas y limones", donde los segundos son más apetitosos que las primeras. Los desnudos de "La nieta de la Trini", "La musa gitana", "La musa de la poesía", "Retablo del amor", o "El pecado", son magníficas muestras de erotismo. Pero el erotismo está también presente en otros cuadros que no muestran dsnudos, como "La Chiquita Piconera" tema de un cortometraje dirigido por Miguel Angel Entrenas.

Sigo pensando que en materia de arte lo único que vale es la "alegría estética" de la que hablaba Sartre. El espectador se involucra con la obra de arte al sentir esa alegría que interpela no solamente su razón sino otras fibras íntimas. Y eso es lo que me pasa con las sensuales mujeres pintadas por Romero de Torres.

....................... Romero de Torres y el escritor Valle Inclán