20 noviembre 2008

Warikasaya

“¿Tienes algún texto sobre el tigre o sus alrededores?” Sin ser stronguista, ni fanático espectador de fútbol, no podía dejar de lado la provocación que me hizo Ricardo Bajo –un vasco radicado en Bolivia- en un breve mensaje el 11 de agosto pasado. Me encontraba entonces en Ghana en el congreso de OurMedia y solamente atiné a responder: “No tengo, pero es un desafío bonito para escribir algo. ¿Cuales son los plazos?”. Dos semanas…, respondió.

No soy tan aficionado al fútbol como par a ver un partido completo, ni siquiera en la televisión, pero en mi vida he visto unos pocos en vivo, cuando era adolescente y venía alguna vez el Dr. Paz Estenssoro para llevarme al palco presidencial del Estadio Hernando Siles (quizás el único estadio que conozco). En el Cadillac negro blindado que entonces era el vehículo presidencial (¿donde estará?) se podía desdoblar un taburete en el que yo me sentaba frente al entonces presidente de Bolivia.

Por lo demás, me gusta ver en la televisión los goles creativos, y en los mundiales me he pegado alguna vez a un partido interesante, sobre todo cuando juegan equipos latinoamericanos. Eso sí, me gustaba jugar fútbol más que mirarlo, y era del equipo del colegio, como lo era también del equipo de atletismo y de algún otro deporte.

Entonces, al regresar de Ghana pude en el avión escribir unas cuantas líneas y definir el tema del cuento: recordé el accidente que sufrió un avión del LAB, varias décadas atrás, en el que murió el equipo completo de The Strongest y además el director de mi colegio, el James O’Connor, un bonachón cura canadiense.

No recordaba los detalles, de modo que chateando con Carlos Mesa, uno de los grandes conocedores del fútbol boliviano, le pregunté sobre el accidente. A vuelta de chat y sin mediar un minuto me dio, de memoria, todos los detalles: los nombres de los jugadores, del entrenador, el partido que acababan de jugar en Santa Cruz, y la fecha exacta, que fue la del golpe de Ovando, lo cual permitía relacionar el accidente con el tema político. Ante tanta información le dije a Carlos: “Ese cuento deberías escribirlo tú…” A lo cual respondió: “¿Por qué no lo escribimos juntos?”.

Y así fue, lo escribimos a cuatro manos, en sucesivos intercambios de correo, mientras Ricardo Bajo se ponía nervioso y me bombardeaba con mensajes titulados “el cuento porfa!!!!!!!!!!” Al final, cuando se lo enviamos, tituló otro de sus mensajes: “espectacular!!!!!” Se ve que Bajo es un hombre altamente entusiasta.

Fue en todo caso su empuje y su persistencia que lograron reunir entre las dos tapas de Wariskaya: Cuentos Stronguistas a 31 autores, de los cuales solamente tenía 11 cuando me escribió en agosto. Entre los cuentistas están notorios stronguistas como Pedro Susz, Homero Carvalho y pero también otros escritores que, o no son de The Strongest como mi co-autor Carlos Mesa que es del Always Ready y del Real Madrid, o ajenos al tema como yo mismo, que lo hice por amor a la literatura antes que al fútbol. El libro se presentó en La Paz el viernes 26 de septiembre 2008, fecha emblemática para los atigrados y para la historia del país.

10 noviembre 2008

Fighting Poverty

Se ha publicado hace pocos meses -con casi dos años de retraso- un libro que bajo el título de “Fighting Poverty: Utilizing Community Media in a Digital Age” (“Combatiendo la Pobreza: El uso de los medios comunitarios en la era digital”) recoge las intervenciones (o más bien artículos desarrollados después) que se hicieron en la mesa redonda sobre radio comunitaria que tuvo lugar en el marco del Congreso Mundial de Comunicación para el Desarrollo (WCCD, por sus siglas en inglés), en Roma, el 25 de octubre de 2006, en la que me tocó participar en representación del Consorcio de Comunicación para el Cambio Social.

La mesa redonda interactiva (porque se transmitió en vivo a Bush Radio en Sudáfrica fue coordinada y facilitada por mi colega James Deane (the “real one”, como yo le digo), y permitió reunir a una veintena de colegas de todo el mundo, que han trabajado en temas de radio participativa y desarrollo en Asia, África y América Latina, entre ellos Bruce Girard, Grace Githaiga, Marcelo Solervicens, Fatoumata Sow, Kunda Dixit, Raghu Mainali, Wijayananda Jayaweera y otros; aunque solamente los mencionados, además del que escribe, tenemos un capítulo en el libro.

El libro ha sido editado por los organizadores de la mesa redonda, AMARC, UNESCO y SDC (la cooperación suiza) en colaboración con el Consorcio de Comunicación para el Cambio Social. Con 78 páginas y un CD-ROM adjunto -que contiene la grabación de la mesa redonda, tres videos cortos de Nepal, India y Bangladesh y el libro completo- es una edición discreta y con algunas erratas (mi segundo apellido, por ejemplo), pero tiene la ventaja de estar disponible gratis en la red. Se puede bajar el libro completo en PDF o leer los capítulos en línea. Contribuí con 20 fotografías de las 35 del libro (pobremente reproducidas) y un texto sobre la radio comunitaria en América Latina, que puede ser leído aquí.

05 noviembre 2008

Civic Driven Change

Los últimos meses han sido intensos y el cansancio se compensa con una serie de resultados que han ido saliendo a la luz y de los que voy dando cuenta en este blog.

Una de esas actividades es la iniciativa de Kees Biekart y Alan Fowler, Civic Driven Change, apoyada por el Instituto Social Studies (ISS) de La Haya, formidable institución de estudios sociales que dirige Louk de la Rive Box. Con Alan y con Louk compartimos responsabilidades en el directorio internacional de la organización de cooperación holandesa PSO, y es a raíz de esa relación que fui invitado a participar en este proyecto que se inscribe en mis objetivos profesionales y en mis reflexiones sobre el desarrollo y el cambio social.

Civic Driven Change (Cambio Dirigido Cívicamente no es muy buena traducción, pero ni modo) es un proceso de diálogo y de investigación que empezó en enero de 2008, pero al que fui invitado recién en agosto, cuando me encontraba en Ghana en la reunión de Our Media. Me puse manos a la obra y el resultado es mi capítulo “Six Degrees and Butterflies: Communication, Citizenship and Change” que puede ser bajado en PDF al igual que los otros capítulos del libro, escritos por Evelina Dagnino, Philomena Mwaura, Nilda Bullain, Shirin Rai, Harry Boyte, Rajesh Tandon y Teivo Teivainen, autores de Brasil, Kenya, Hungría, India, Estados Unidos y Finlandia.

Durante la tercera semana de octubre nos reunimos en La Haya en el marco de un seminario en el ISS para presentar el libro a la comunidad de agencias de cooperación de Holanda, que incluye las agencias que apoyan programas de desarrollo en países del Tercer Mundo. Durante el seminario en el que participaron más de 200 personas, los autores tuvimos la tarea de facilitar talleres de diálogo con diez a doce representantes de ONGs holandesas en cada grupo, para presentar y debatir los temas de cada uno de los capítulos del libro.


01 noviembre 2008

Comunicación y Cambio Climático

En pisa y corre participé el lunes 13 de octubre en el Seminario de Educación, Capacitación y Comunicación para el Desarrollo Sustentable en Condiciones de Cambio Climático, que organizó la UNESCO en coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAP) de México.

Aunque el evento duraba tres días, hasta el miércoles 15 de octubre, no pude quedarme pues tuve que viajar a Holanda inmediatamente después de concluir la presentación de mi ponencia: “Políticas y participación: más allá de los mensajes”.

El resto del nutrido programa incluyó otras conferencias magistrales (de Jorge Grandi, de Celso Schenkel, y de José Sarukhán), así como varios paneles sobre temas de cambio climático y medio ambiente y mesas de trabajo donde participaron especialistas de numerosas instituciones.

Todo esto sucedió en Casa Tlalpan, la sede de la Academia Mexicana de Ciencias, en el kilómetro 23 de la carretera a Cuernavaca. La historia del lugar es interesante: fue una de las propiedades del jefe de la policía mexicana, el “Negro” Durazo, a principios los años 1980s, bajo la presidencia de López Portillo (1976-1982). El corrupto funcionario policiaco que más tarde fue a parar a la cárcel, invirtió seis millones de dólares para dotar a esta propiedad de 11 hectáreas, de caballerizas, hipódromo, galgódromo, helipuerto, lagunas artificiales y hasta una discoteca.