03 junio 2011

Indignados catalanes

Aterricé el domingo 29 de mayo en una Barcelona convulsionada por dos manifestaciones importantes: en las amplias avenidas de la ciudad, la celebración bullanguera por la victoria, la noche anterior, del Barcelona FC sobre el Manchester United en la Liga de Campeones de Europa (vi el partido justo antes de salir de México); y en la Plaza Cataluña, la ocupación pacífica de los indignados, que un par de días antes fueron reprimidos con violencia por los “mossos” de la policía autonómica.

Por un lado el orgullo nacionalista que provocan los deportistas del Barça y por otro la indignación de los acampados que desafían al sistema económico, político y social que no sirve porque perpetúa las desigualdades y las injusticias sociales. 

En la Plaza Sol de Madrid, en la Plaza Cataluña de Barcelona y en tantas otras ciudades de España y de Europa, los que manifiestan están indignados contra los partidos políticos tradicionales, indignados contra las prácticas expoliadoras de los bancos, indignados contra el costo de vida, indignados contra la especulación inmobiliaria, indignados contra la falta de oportunidades de trabajo, indignados contra los medios masivos de información que desinforman, indignados contra el trato humillante que se da a los inmigrantes, indignados porque el sistema educativo y de salud son insuficientes, indignados –en fin- porque viven una vida sin horizontes, donde los valores humanos han sido malversados.

La filosofía del movimiento está sembrada en rótulos y pancartas en toda la Plaza Cataluña: “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”, “¿dónde está la izquierda?: al fondo, a la derecha”, “disculpen las molestias, estamos construyendo algo mejor”, “sin violencia, resistencia”, “democracia, ¿dónde estás?, “no hay mejor manera de impedir que seas libre que haciéndote creer que lo eres”, “resistir para existir”, “reiniciando el sistema, haz clic aquí”, “el sistema es el cáncer, nosotros la cura”, “consigamos lo imposible, y luego ya veremos”, “hemos sido hijos de la comodidad, pero no seremos padres del conformismo”, “nuestros sueños no caben en sus urnas”, “las putas insistimos: los políticos y los mossos no son nuestros hijos”, “un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria, como veía que no se caía, fue a llamar a otro banquero…”, y naturalmente frases de Gandhi o del “Ché” como “la revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, se lleva en el corazón para morir por ella”. 

Bajo el sugerente título de “Body (Porra) Art” un montaje fotográfico muestra imágenes de la piel lacerada de quienes fueron golpeados por los “mossos” durante el violento desalojo del 27 de mayo.

Las estatuas de la plaza han sido transfiguradas en personajes que aluden a las reivindicaciones, envueltos en banderas o con máscaras.

con Raul Teixidó en Barcelona
Estuve en la Plaza Cataluña con mi amigo el escritor boliviano Raúl Teixidó, generoso proveedor de buenas lecturas. Conversé con los acampados para indagar sobre sus motivaciones y su planes. Uno de los encargados de la “Biblioteca del Pueblo” dice: “Estamos aquí defendiendo los derechos de todos, porque no puede ser que el mercado y los bancos sean los que controlen el mundo cuando nosotros depositamos nuestros votos en una urna; estamos intentando crear otra manera de vivir”.   

“Creo que lo que tenemos que aportar es el modelo, para que la gente en todo el mundo salga a las plazas y tome sus decisiones, sin necesidad de intermediarios políticos, para cambiar el mundo.  Estamos trabajando la estrategia, pero es un proceso espontáneo, no tenemos todo los puntos claros, aquí hay dos mil personas y dos mil discursos, y tenemos que mantener la pluralidad porque es un movimiento de base y del pueblo”, me dice Marín (video), de la Comisión de Comunicación, pero aclara “no soy representante de nadie”. 

Las radios libres Contrabanda (91.4 FM), Bronka (104.5 FM), Línea IV (103.9 FM) y RSK (107.1 FM) transmiten a lo largo del día informaciones y reportajes sobre el movimiento de los indignados, y han formado una plataforma de coordinación. Además los acampados tienen un blog en Wordpress y un muro en Facebook.

Se han organizado en comisiones, y ya tienen previsto que estas sigan funcionando de manera descentralizada, aún cuando se vean obligados o decidan voluntariamente levantar el campamento de Plaza Cataluña. Hay comisiones de educación, de salud, de migración, de cultura, de comunicación, de contenidos, internacional, de justicia, … una biblioteca del pueblo, una guardería para niños e incluso un jardín de hortalizas. Mantienen el lugar limpio, barren y lavan los pisos, y han improvisado cajas de cartón como basureros. El municipio ha contribuido con baños públicos portátiles, ante la evidencia de que el plantón puede durar un buen tiempo.

Las preguntas sobre la sostenibilidad del movimiento son muchas, sobre todo entre los que hemos vivido circunstancias similares en otros periodos.  La referencia más obvia es el movimiento de estudiantes que se originó en París en Mayo de 1968 y se extendió luego en otras ciudades del planeta, pero a diferencia de aquel que se caracterizó por violentos enfrentamientos con la policía, este es un movimiento pacífico, que no busca la espectacularidad como instrumento de propaganda mediática, pero que por lo mismo queda fuera de la óptica pública en pocos días.

Aunque el objetivo de cambiar el mundo y de luchar contra una sociedad anquilosada es el mismo, los horizontes de los indignados parecen tan lejanos como cercana aparece su desarticulación. Ellos dicen que no tienen prisa, que quieren crecer como movimiento poco a poco, pero hay probabilidades de que ello no haga sino sumirlo en la marginalidad. 

Como si las casualidades existieran el paisaje urbano parece armonizar con la filosofía de los acampados, en el extremo norte de la Plaza Cataluña una gigantesca valla publicitaria de Hunday, con la foto de un gorila,  muestra el lema: “Otra manera de pensar es posible”.

Otra forma de pensar es posible...
Si bien todos reconocen la poética de la manifestación rebelde, pocos desentrañan objetivos concretos que permitirían construir la anunciada nueva sociedad. El rechazo voluntario a tener una dirección política y a formular una plataforma de lucha, deja el movimiento librado a consignas generales, que no son débiles por ser utópicas, sino porque su falta de articulación con acciones concretas remiten, a un futuro tan improbable como distante, los cambios de sociedad que se pretenden.

Por ahora debaten y se escuchan con respeto, y manifiestan ya sea su aprobación o su rechazo de manera tranquila, a través de señales con los brazos (alguien me dijo que son señales que usan los sordomudos, no lo sé).  Si los levantan y giran las manos como mariposas, significa que aprueban lo que escuchan, es como un aplauso silencioso; si hacen un molino con el antebrazo, significa que el que habla se ha extendido demasiado en su intervención y es hora de que termine; y los antebrazos en cruz representan desacuerdo con el contenido de lo que se está diciendo.

Allí están, haciéndose ellos mismos todas estas preguntas, discutiendo todo tipo de temas, expresándose cada día en asambleas que duran más allá de la media noche.